La constitución del Periespiritu tuvo comienzo hace millones de años terrenos siendo una organización definitiva en el campo etéreo-astral, cuyo medio de vida no está sujeto a las medidas del calendario humano. Durante esos millones de años en su creación de este cuerpo sutil, se vino plasmando a través de los diferentes reinos de la naturaleza y por medio de las especies inferiores[1].
El periespiritu es una acumulación de energías fundamentales donde se forman los órganos[2] completos de la materia y los sistemas etéreo-astral hasta alcanzar el progreso y la sensibilidad suficiente para servir como valioso vehículo intermediario entre el mundo invisible de los espíritus y el mundo de los encarnados. Siendo su preexistencia al nacimiento como su sobrevivencia después de la muerte carnal. Actúa en un campo vibratorio dinámico y elástico, sintiéndose más vividos que en el cuerpo físico.
Los órganos del cuerpo físico son copias resumidas de los moldes o matrices orgánicas esculpidas en la sustancia etéreo-astral del periespiritu y que constituyen su verdadera fisiología.
En el campo astral debemos ser conscientes de la existencia de seres de bajas vibraciones que en el mundo damos por nombre como fantasmas, demonios, brujas, etc… Estos seres con formas deformes u horribles a nuestra mirada, no son más que almas de hombres o mujeres que han muerto con un estado de consciencia espiritual dormida y donde sus bajos instintos de pensamiento y sentimientos hacia lo que les envuelve, ha provocado que el ectoplasma[3] energético que les rodea les convierta en seres de aspecto horrible ante nosotros.
Al igual existen seres astrales muy conscientes de su estado desencarnado que pueden retomar vestimenta de ángeles, seres de luz, etc… pero que en realidad son seres del bajo astral con la intensión de lastimar o confundir a los seres encarnados a través de visiones o sueños. Puntos clave para distinguirlos son:
Rostro: Difícilmente dan la cara o muestran los ojos, pues en ellos se vislumbra rostros enojados, ojos negros o rojos.
Vibración: Se suele sentir desconfianza, miedo, parálisis en el cuerpo, sobre exaltación, escalofríos, enojo o tristeza sin motivo alguno.
Tono de voz: Pasan de un tono amigable a uno sobre exaltado con enojo, tristeza o miedo.
Dolores Corporales: Cuando hay seres de este tipo cerca, se puede sentir malestar físico (dolor de cabeza, pecho, espalda, piernas, piquetes, calambres, cansancio, etc.)
El manejo del cuerpo etéro-astral se lleva haciendo uso de la fuerza mental y la voluntad. Para ello es necesario tener una madurez espiritual, la cual se consigue a través de la práctica, disciplina, la voluntad y la fuerza mental.
El descontrol mental y psíquico puede provocar un mal funcionamiento en el cuerpo periespiritual, conllevando a enfermedades al cuerpo físico. Con una fuerte y esclarecida voluntad y manejo consiente de las fuerzas mentales, el hombre podría sanar su organismo, sometiendo a sus órganos materiales bajo la dirección inteligente de su espíritu. El aprender a absorber el magnetismo vitalizante que existe alrededor de nosotros conocido como prana, nos ayuda a vivificar el cuerpo astral.
El cuerpo astral es autónomo en la absorción y eliminación de magnetismo etérico, lo cual lo hace inmortal en el campo astral que se encuentra repleto de esta energía magnética. Nuestro cuerpo realiza funciones automáticas (respiración, latir del corazón, sistema hormonal, etc.) gracias a nuestro cuerpo astral que lleva el funcionamiento perfecto de nuestro cuerpo físico. Este sistema de funciones automáticas se lleva más a prisa en verano, en donde nos percatamos del crecimiento de uñas o cabello de forma más rápida.
El conocer acerca de este cuerpo astral nos permite solucionar y entender muchos problemas de salud porque allí se asienta la onda de vida que fluye por la constelación solar y se disemina a través de la tierra, las plantas, minerales, animales y el ser humano.
El cuerpo astral es de suma importancia para el cuerpo físico, ya que es la MATRIZ para dar origen a la organización de los órganos de la carne y el principal detonador para todos los fenómenos corporales proyectados por la mente humana. (Nerviosismo, disminución del latir del corazón, sensación de frio o calor, control en la respiración, campo emocional, etc.)
Caída especifica del cuerpo astral
Una mente elevada permitirá que nuestro cuerpo astral este respirando magnetismo purificado y una mente inferior dará como resultado un cuerpo astral debilitado e intoxicado, convergiendo con energías del bajo astral.
Cuando su magnetismo se densifica aumenta su peso específico precipitándose a las zonas inferiores. Si actúa a través de pensamientos sublimes, se afina y purifica elevándose hacia los planos sutiles después de que haya abandonado el cuerpo físico. A medida que se va ascendiendo hacia esferas superiores, los órganos del cuerpo astral se van atrofiando a causa del poco uso, pero mientras necesite de las encarnaciones en los mundos físicos tendrá que mantenerse en actividad los órganos del cuerpo astral, que son las contra partes etéricas y exactas de los órganos físicos.
En los espíritus de cierta elevación que se acostumbraron a la nutrición astral y están ligados a la vida sutilísima del plano mental, el cuerpo astral se hace absoluto y se encaminan hacia el camino de la “segunda muerte” en el mundo astral, porque tales entidades ya están inmunizadas contra las emociones humanas, es decir; del mundo de los deseos que la aleja de los consecutivos renacimientos del cuerpo material, pasando al plano mental concreto inmediato, donde los espíritus que viven instintivamente aquello que piensan y crean.
El cuerpo astral tiene como fin el permitir las reencarnaciones de las almas, siendo de utilidad como molde matriz para la creación perfecta del organismo humano, donde se toma en cuenta los cuidados o descuidos que se llevan en la materia actual para futuras reencarnaciones.
La tierra es nuestra escuela primaria de nuestra educación espiritual, NO pensemos que una vez desencarnados se desenvolverán poderes en el más allá.
[1] Recordemos que, para llegar a ser un ser humano, pasamos por los diferentes reinos elementales y animales, por los cuales en cada uno de ellos obtuvimos una paulatina evolución de consciencia y de Perfeccionamiento espiritual hasta llegar a obtener un cuerpo humano, alma individual, periespiritu, una mente inferior, mente superior, consciencia y espíritu.
[2] Todos nuestros órganos del cuerpo humano (corazón, cerebro, intestinos, etc…) son creados primero en el cuerpo astral para después ser concebidos en el cuerpo orgánico de la materia.
[3] La producción del ectoplasma denso se realiza en los centros energéticos instintivos (chakra sexual y chakra en el ombligo)
